Parque de Sant Llorenç del Munt i l'Obac.

Entre las comarcas del Bages y el Vallès Occidental, en la provincia de Barcelona, se encuentra el parque natural protegido de Sant Llorenç de Munt i l'Obac. En él, se encuentran dos picos que son: La Mola, de 1.104 metros y el Montcau, de 1.057 metros. En el que podremos realizar actividades deportivas tales como senderismo, trail/running, escalada e incluso hacer unos primeros contactos con la espeleología, disfrutar de magníficas vistas o simplemente dar un paseo en familia o con los amigos/as. El paisaje del macizo es áspero, de grandes y curiosos monolitos de conglomerado(algunos de ellos escalables),que se levantan entre frondosos mantos verdes, formados por robles y encinas, pinos y algunas variedades más de árboles, junto a los arbustos propios de zonas húmedas.

En la cima de la Mola encontraremos un Monasterio del siglo X, actualmente reconvertido en restaurante, en el

que si quieres, podrás degustar los platos típicos de la zona.

A continuación podemos ver un mapa de la ruta de subida desde Cavall Bernat, (monolito escalable) en la urbanización de les Pedritxes,

Matadepera.
Este recorrido empieza con una subida de un desnivel considerable. Por lo que conviene estirar bien la musculatura antes de empezar la ruta ascendiente.

Ver mapa más grande

Es también muy aconsejable el uso de un calzado adecuado para tener un buen agarre y de bastones para caminar, así siempre tendremos un punto de apoyo en el que realizar fuerza para subir y/o bajar los desniveles y guardar mejor nuestro equilibrio, descargando así un poquito la musculatura de las piernas y zonas lumbares.

Ahora haremos la pequeña ruta, Montcau-La Mola-Montcau. Donde después de subir al Montcau (a modo de calentamiento)y coger el camino hacia la Mola, podremos desviarnos por un camino opcional, que lleva hasta una cueva que creo recordar que se llamaba, cova Simanya. Gruta excavada en la roca de manera natural, por el paso del agua durante años y años, que proviene de las filtraciones de la lluvia de las capas de tierra y roca mas elevadas. Poco a poco nos adentramos en la cueva, llegamos a una bifurcación en la que tomamos el camino que queda a nuestra izquierda. Pronto deja de haber la suficiente luz, como para que avancemos con regularidad y nos valemos de la luz de un frontal (muy aconsejable), para poder seguir avanzando sin problemas. Poco a poco va bajando la temperatura, incluso observamos como el sudor de nuestra ropa se torna humo que parece salir de nuestro cuerpo,

los techos se hacen más bajos y las frías gotas que se filtran entre las grietas nos caen en la espalda. Llegamos a un punto en el que ya no podemos ir de pié y debemos caminar de cuclillas entre los charcos que se forman a lo largo de la gruta. Pasados unos metros, nos encontramos una verdadera escultura hecha por la naturaleza. Algo que se parece mucho a un huevo de Alien, el monstruo de la mítica película de ciencia ficción.

Una roca perfectamente esculpida, brillante y pulida por el paso del agua durante años y años. Seguimos hacia adelante, hasta llegar a un estrechamiento que acaba en un orificio de poco más de medio metro de diámetro, por el que si quieres seguir hacia adelante, deberás dejar atrás tus posibles claustrofobias, estrechar tus hombros, aguantar la respiración y preparar las manos para un impacto cuando caigas en la siguiente sala. Este, no es nuestro caso. Giro de 180º y de vuelta al camino hacia la Mola.

Al ver la luz y darnos cuenta de la hora que es, decidimos apretar el paso y empezar nuestro particular trail por los caminos de subida a la Mola. Este es un camino en el que podemos aguantar mejor el ritmo, mas regular y menos empinado que el lado de Cavall Bernat. Al llegar arriba podemos apreciar las magníficas vistas a 360º de unos 20km aprox. a la redonda en un día mas o menos claro.

La bajada siempre es un poco mas llevadera que la subida, aunque no hay que confiarse ni un pelo ya que es también más fácil sufrir un accidente.

Recordad que la precaución es la mejor manera de prevenir los accidentes.

*Desde el Monasterio de La Mola y hasta el Monasterio de Sant Cugat del Vallès, los antiguos monjes frecuentaron lo que en la actualidad se llama, el Camí del Monjos. El camino histórico de 25 km. que unía Matadepera, Terrassa, Sant Quirze i Sant Cugat del Vallès.

Una bonita ruta, más que aconsejable para hacer tanto a pie como en bicicleta.